Un fin de semana en Miami

Ganar una pasta gansa tiene sus ventajas. Ser modelo también. Puedes permitirte el lujo de pasar un fin de semana en Miami y no pensar en otra cosa que en broncearte, disfrutar del mar, ir de compras, beber en exceso (no sólo malibú con piña) y tener sexo salvaje en la lujosa suite presidencial del mejor hotel de uno de los paraísos con más aglomeración de silicona y tabletas de chocolate de la faz de la tierra.

Cuando voy a Miami me gusta alojarme en el Loews Miami Beach Hotel. A veces decido alojarme en una de sus cabañas alrededor de la piscina donde también paso muuuucho tiempo de mi estancia en la ciudad «del peligro» (así me gusta llamar a Miami); pero en esta ocasión quería terracita y me decanté por la suite premium. Un gustazo.

666039DSC_1475Cuando llegué, esperé un par de horas para no parecer desesperada antes de llamar a Federico. Un cubano con quien mantener relaciones sexuales salvajes se convierte siempre en un auténtico spa. Me emborraché un poco, me di unos cuantos chapuzones en la piscina y cuando ya tenía un tono de bronceado aceptable lo vi aparecer con una sonrisa picarona y muy probablemente un tanga de leopardo bajo sus bermudas marrones. Llevamos 5 años de relación sexual. No nos hace falta hablar mucho, la verdad que no soporto su acento ni su timbre agudo de voz y está más guapo con la boca cerradita.

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