A lo mejor me pongo profunda en este post queridas, pero sí, es cierto… las modelos también se enamoran. Aunque estemos de psiquiatra muchas veces, tenemos nuestro corazoncito bajo este cuerpo de medidas perfectas y grasa 0%
Hoy que es día de Sant Jordi y en Barcelona (ciudad donde viví 2 años) se celebra de una manera muy especial (rosa y libro) voy a hablar del AMOR.
Principios del siglo XXI. Yo era muy jovencita, llevaba 3 años en el mundo de la moda y ya me había convertido en portada de muchas revistas adolescentes, protagonista en diversas campañas nacionales e internacionales para Tv (que ya no eran vulgares anuncios de detergentes), modelo de marcas de ropa (también adolescentes) y había vivido en Barcelona y París. Viajaba con frecuencia (ya sin mamá -aplausos por favor-) por todo el mundo sin tiempo para pensar en nada más que en mi trabajo. Había perdido el contacto con mis amigas del instituto (si se les puede llamar amigas a esas borrachuzas que sólo pensaban en el botellón del fin de semana) y mientras ellas ya habían tenido su primera experiencia sexual en un sucio retrete de cualquier discoteca, yo ni siquiera había tenido mi primer beso. Mis labios sólo lo tocaban pintalabios de marca y crema hidratante por las noches. En fin, que una top model como yo, no tenía tiempo para el amor….. «Y pobre de ti como te descentres con esas tonterías» Me advirtió mi encantadora booker Estefania una vez.